"Cosmorama de una frontera digital: habitar la imagen distópica"
Artefacto de convivencia
Espacio Disponible
Territorios ocupados
Al recorrer la obra de Cata. González, percibimos dos momentos, aquel de encuentro, de reconocimiento, y luego, ese descalce o unheimlich, donde se revela lo ajeno, donde aquello que nos parecía conocido resulta impenetrable y provoca una distancia cercana al recelo. La posibilidad de ser de cada imagen y su ambivalencia tensionan aquel sentimiento, un estado de suspensión, un paréntesis, un punto de quiebre que ilustra el instante preciso del desprendimiento, la separación de sus personajes de la realidad circundante.
La obra de Cata González, se construye desde esa ruptura, niños y adolescentes habitan espacios, territorios ocupados de víctimas de una prolongada indiferencia. El habitar ya no es posible, sino solo el tránsito del espectador que recorre la sala y se enfrenta a los lindes de su realidad. Cuatro paredes que contienen y acogen la obra. Desde ahí es desde donde comienza su significado, la frontera entendida no como margen sino como lugar donde surge todo lo que en su esencia habita esa frontera. La obra se adueña del lugar, elabora una narrativa en la que una realidad urbana es exacerbada por medio de una serie de imaginarios, meticulosamente armados, donde todo yace donde debe. Irrealidad perfectamente labrada. Una imagen que es muchas imágenes, que se enmarcan y desbordan en su condición de posibles.
De esta manera, en la construcción de a obra, el fotomontaje es el medio, pero también parte de su esencia, la evidencia de una realidad construida, pero más que nada una toma de posición que se traduce en una imagen subjetiva, una plataforma posible, un futuro alternativo. El fotomontaje se vuelve un instrumento que busca recomponer una realidad deconstruida supeditada al metarelato de la tecnología. Busca unir parte a parte estas construcciones distópicas, artefactos de convivencia, prótesis que posibilitan el habitar y que contienen esa intimidad de la que sus personajes carecen.
Nos enfrentamos en este conjunto de obras a una alegoría del paisaje, ficción del espacio social, imagen sintomática del mundo contemporáneo y sus disputas ideológicas. La presencia de elementos Islámicos, que descansan en el imaginario de occidente se han convertido prácticamente en sinónimo del conflicto bélico en el medio oriente. Su potencia estética los convierte en elementos visualmente seductores y exóticos que nos compelen a venerarlos. Ponen de manifiesto la idea latente de un escenario de post guerra, una guerra mediática, una guerra que se nos escapa, pero sin embargo deja ver sus huellas, la sacralidad de su significado y cómo eso reescribe y reestructura las lecturas de toda realidad o futuro posible.
Finalmente nos enfrentamos a una obra que en su pulcritud nos arroja a la desolación y el vacío, al silencio siniestro, de cuando no hay ideal posible, solo un espacio disponible, desolado y dispuesto para ser rehabitado. En medio de las ruinas contemporáneas, la imagen distópica se acentúa en este choque implacable de momentos, de estados y de contradicciones, entre lo posible y lo perdido, entre la posibilidad de construir y el impulso de ceder. Cada fotografía capta un momento preciso, donde no hay vuelta atrás, alea jacta est. Texto:Constanza Robles
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El viejo collage con el nuevo photoshop, no hay sorpresas. Espero mas que un pegoteo aleatorio. El software da para muchísimo más.
ResponderEliminarEmpezé a leer el texto con buena disposición, pero cuando llegué vi "de lo Unheimlich" usado TAN equivocadamente me enervé. La verdad, esto es una porquería de texto que le hace honor una de las peores muestras de "fotografía" digital que he visto en los últimos años. Photoshopeos escolares, mal ejecutados, mal montados y burdos que no merecen ni un flickr. Que lástima que en nuestro país se le de bola a exposiciones de un nivel tan catastrófico.
ResponderEliminarme explico, las "fotografías" de esta exposición paracen malas carátulas de un videojuego Atari. Especialmente la última de los aviones y la niña.
ResponderEliminarSe agradecen mucho los comentarios.
ResponderEliminarHay un capitulo en el libro de Joan Fontcuberta "Estética fotográfica"
titulado Pictoralismo o purismo: la eterna controversia. Muy interesante porque es un capitulo eterno y lo recuerdo ahora.
En lo personal me gustan mucho los trabajos de Cata G. para mi prevalecen ciertos elementos confrontativos que la hacen interesante.
Esta vez, lo metafórico de los espacios y símbolos "musulmanes", que me acercan a esta reciente catástrofe nuestra,
como dice el texto... "territorios ocupados de víctimas de una prolongada indiferencia", en lo personal me parece una obra que toca lo global, recordandonos nuestra realidad local.
Me encanto el trabajo, creo que es uno de los mejores que he visto se enmarca dentro de la fotografia contemporanea, me recordo los trabajos de Marcos Lopez, creo que una de las misiones de la imagen es provocar, lo que sea pero provocar algo en el espectador y creo que las imagenes de Cata ya estan provocando sentimientos encontrados dentro de los comentarios, Felicitaciones...
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