lunes, 26 de octubre de 2009

Fotografias de Nicolas Saez

Nicolas Saez hace parte del colectivo Concepción fotográfica
Serie: SOBREBALDOSAS, visión y revisión











Proyecto FONDART 2009.
Hoy, las veredas de Concepción han pasado a la crítica pública, aún persisten grandes áreas constituidas por estas baldosas de 20x20cm de la década de los 80, que otorgaban una superficie rugosa y colorida para un pasar pausado y un espontaneo juego de niños, pero que ya no obtienen ningún tipo de reparación, quedando destruidas e incompletas, provocando caídas sobre todo de adultos mayores. Ciclistas y coches, sandalias y tacos, ancianos y discapacitados, no videntes, todos y cada uno recorren las veredas de Concepción habitualmente, escuchando el sonido intermite de las baldosas sueltas al pasar por sobre ellas, esquivando los huecos o simplemente reduciendo notablemente la velocidad y cabizbajos, cuando se tiene que avanzar por sobre ellas con cuidado. Las veredas se esquivan, se maldicen y más de alguna ocasión han causado daños mayores. Reclamos a la municipalidad, demandas, y muchos casos en servicios de salud pública han denostado no solo a las entidades oficiales de turno sino que a la propia ciudad. Urbanidad afectada por su propio público, sus moradores, quienes ya no perciben de buena manera sus caminatas por el centro de Concepción.Una fotografía directa es la que permite apreciar con detención tal fenómeno, ocupada como método de investigación visual que ilustra el paso del tiempo sobre veredas sin restauración. Fotografía que intenta digitalizar como escáner superficies compuestas por baldosas destruidas, sueltas o ausentes que constituyen el panorama habitual de la apariencia de nuestras calles peatonales para luego y con la fotografía obtenida visualizar y revisar la información que se revela. Veredas llenas de vacios que muestran el radier o carpeta base de baldosas de alto tráfico o sencillamente el terreno natural que deja crecer pasto de forma natural entre tales intersticios. Colillas de cigarros, clips, colets para el pelo, pequeños objetos atrapados entre las fisuras de baldosas resquebrajadas, chicles en el suelo que quemados por el sol aparentan ser oscuras gotas de asfalto pegadas sobre cada metro cuadrado de nuestras calles, trizaduras de bellas geometrías, múltiples y diversos parches de hormigón y una que otra intervención tipo mosaico; en conjunto definen una suerte de antropología urbana penquista, condición visual deplorable e inservible enaltecida por la lluvia. Nicolas Saez.

2 comentarios:

  1. Hola Nicolas,

    Me gustan la frontalidad de tus imágenes, suerte de metáfora de un país reconstruido a partir de sus ruinas y de un pasado amnésico.

    Las imágenes de esas baldozas me develan su historia, cotidiana y pública.

    Gracias

    ResponderEliminar
  2. Y el reivindicar del caminar cabizbajo, lúcido, de cara a la altanera y absurda frente en alto. Lejos de toda interpretación de culpa y tranquilidad, sólo vínculos fuera de lugar.
    Muy necesario tu trabajo.
    La conciencia de ciudad y la conciencia propia, homologándose, como lo decía Pessoa.

    Mucho gusto.
    C.M.

    ResponderEliminar