Como parte de la búsqueda por la reinterpretación de la forma fotográfica del retrato, este trabajo presenta dos líneas de proyección, en las cuales está presente la idea dual del retrato y el autorretrato. Ambas formas, fusionadas en una serie de 5 imágenes que muestra a la familia nuclear del autor, pretende ser un registro de la misma, respondiendo a la forma del retrato en cuanto aparecen figuras en un formato cercano a a la fotografía de identidad, pero que a su vez, niegan la identificación directa con el sujeto frente a la cámara. Al mismo tiempo el título del trabajo y el guiño físico de la presencia de un espejo en vez de rostros (que los reemplaza por un destello de luz, por lo inmaterial, lo onírico), es una referencia directa a la canción homónima de The Velvet Underground y a su vez, título que la fotógrafa Nan Goldin escogió para documentar su salida de una clínica de rehabilitación. Ambos trabajos apuntan a utilizar una forma artística (música, fotografía) con un discurso que consiste en la representación de uno mismo a través del otro. Tenemos aquí la visión que al autor tiene de si mismo, a través de su propia familia en conjunto con un retrato/registro de la misma. El reflejo del uno por el otro. Texto Cristobal Barrientos
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